APADRINAMIENTO
Desde la Fundación apadrinamos niñas y niños dirigidas por las religiosas de los Santos Ángeles Custodios en Argentina, Brasil, Chile, Republica Dominicana, Puerto Rico y Colombia, y que por medio
de Colegios, Residencias y Hogares (bien en régimen abierto o pensionado), estudian y se educan para lograr un futuro mejor.
Rafaela Ybarra trabajó en la sociedad de su época por solucionar los problemas derivados de las injusticias sociales y se dedico a la protección, educación y formación de las jóvenes y niñas
expuestas a los peligros de la pobreza y marginación, y para ello creo la orden de los Santos Ángeles Custodios.
Estos niños que corren el mismo peligro en la sociedad actual, y que tienen edades comprendidas entre los 0 y los 25 años, reciben el cariño y la educación que sus padres no les pueden dar, les proporcionan estudios y preparación para afrontar la vida de una manera digna y les facilitan unas becas por medio de nuestra Fundación, para
que su alimentación, equipamiento, asistencia
sanitaria y otras necesidades queden garantizadas hasta que su situación
laboral y económica les permita afrontar su propia vida.
Según la cantidad aportada, desde 10 € al mes en adelante, las religiosas les proporcionan los recursos necesarios, incluida su cartilla de ahorro
(cuando la cantidad aportada lo permite), con el fin de enseñarles a controlar y valorar lo que reciben y para que el día que tengan que salir del Centro donde han vivido, tengan unos recursos
mínimos con los que puedan valerse por si mismas.
Que sepan que en su vida no están creciendo solos, sino que están acompañadas y son importantes para nosotros y para las religiosas que les acompañan en todo momento.
Siguiendo el ejemplo de la Beata Rafaela, la Fundación como entidad privada y sin ánimo de lucro vuelca sus esfuerzos en ayudar a la Congregación de los Ángeles Custodios, orden religiosa que fundó la Beata en aquellos proyectos que desarrollan en los países en "vías de desarrollo" a través de sus centros, creando las acciones que mejor puedan resolver esos problemas y en la búsqueda de recursos financieros para paliar los mismos por medio de la cooperación y el desarrollo económico, social, educativo y cultural de las personas más desfavorecidas de la sociedad, impulsando y financiando por medio de becas o apadrinamientos (estudios, medicinas, atención médica y psicológica, ropa, alimentación etc.), enviando ropa, material escolar, útiles de aseo, etc., ayudando en la construcción de casas, colegios y polideportivos, o proporcionándoles distintos recursos básicos (camas, armarios, cocinas, agua caliente, calefactores etc.) y otro menos básicos, pero necesarios y de acuerdo con los avances que la técnica pone a nuestro alcance (ordenadores, televisores, etc.) para ayudar a las religiosas en su labor misionera en América Latina.