Para honrar su memoria y conmemorar el 175 aniversario del nacimiento de Rafaela Ybarra, la Fundación ha diseñado una edición especial de la novena y el ideario de la Beata. La tarjeta recordatorio será enviada a todos nuestros socios, amigos y colaboradores, además de a las Casas, Hogares e Instituciones que la Congregación de los Santos Ángeles Custodios tienen en España y América latina.
Asimismo, en la fiesta de la beata -el 23 de febrero- habrá otro acto de conmemoración y se hará entrega gratuitamente de la Novena a todos los asistentes.
Breve repaso de su Vida y Obra
Rafaela Ybarra de Vilallonga nace en Bilbao el 16 de enero de 1843 y muere el 23 de febrero de 1900. Al día siguiente de su nacimiento, fue bautizada con el nombre de Rafaela María de la Luz y Estefanía en la basílica del Señor Santiago el Mayor.
En 1861 se casa con José de Vilallonga, fundador de los Altos Hornos de Vizcaya. Fue madre de siete hijos, dos de los cuales murieron a muy corta edad. Además de cuidar a sus hijos, se hizo cargo de los cinco hijos de su hermana fallecida con 28 años.
El despegue industrial de Bilbao y el incremento de la población atraída por la oferta de trabajo facilitan la degradación de la vida y la condición humana y moral de muchas de estas gentes. Surge entonces la figura de Rafaela Ybarra, que se rebela contra la injusticia, los abusos y los vicios creados por la prepotencia de la prosperidad.
A pesar de nacer en el seno de una de las familias más ricas e influyentes de entonces, no se dejó deslumbrar por el brillo de su elevada posición. Atendió a toda clase de necesitados, -en cuerpo y alma-, dedicando parte de sus bienes y de su tiempo a mejorar en lo posible el mundo que le tocó vivir.
Con enorme sensibilidad cristiana y social se entrega completamente a las principales víctimas de aquella sociedad: las jóvenes y niñas. Recoge de las calles a las más desfavorecidas creando Instituciones de acogida donde les proporciona todo aquello que la sociedad les niega: cariño, alimentación, educación, salud y amor.
En 1892 funda la Congregación de los Ángeles Custodios, que hoy hacen vivo y presente, con más de 35 casas repartidas por España y América. Uno de sus grandes mensajes era: “no os canséis nunca de hacer el bien”.
Beatificación
Cuando murió su fama de santidad era bien conocida en Bilbao y en otros lugares de España. Por ello, pronto comenzaron los trámites para iniciar la Causa de Beatificación. Fue pionera en el apostolado social, adelantándose un siglo a la definición del Concilio Vaticano II sobre la espiritualidad de los laicos.
Rafaela Ybarra de Vilallonga fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 1984 y actualmente se encuentra en proceso de canonización.